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INMEDIATA POSGUERRA Y EXILIO
Tras la Guerra Civil (1936-1939), la ideología de los vencedores se
impuso. Son “los años del hambre” (1939-1945). Se opone la
euforia de los vencedores a la angustia de los vencidos. Sin
comunicación con la literatura extranjera, la principal influencia
es la tradición española.
a. Novela de los vencedores: heroica y épica, defiende los
principios facciosos (patria, familia, religión). Rafael Sánchez
Mazas: Agustín de Foxá: Madrid de corte a Checa; José María
Gironella: Los cipreses creen en Dios.
b. La novela del exilio: los que apoyaron a la República,
partieron de España. Rehicieron sus vidas y obras, fundamentalmente
en Suramérica. La supervivencia, la conciencia de trasterrados, la
falta de contacto con España, son elementos fundamentales en su
obra. Destacan:
-Francisco Ayala: La cabeza del cordero, El fondo del vaso.
-Arturo Barea: La forja de un rebelde.
-Max Aub: España es la protagonista de su Laberinto mágico:
abarca la historia española desde 1936 a 1939.
-Ramón J. Sender: escribió novelas de denuncia social antes de la
guerra; en el exilio, publica Crónica del alba y su obra más
recordada, Réquiem por un campesino español, en la que se
recrea la guerra a través de la traición de un sacerdote.
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LOS 40: LA NOVELA EXISTENCIALISTA
Los temas de estas novelas son comunes con la poesía
desarraigada; al estar prohibida la crítica social, los autores
traspasan al ámbito de lo personal los problemas sociales; sus
personajes son seres angustiados y desarraigados que revelan el
malestar social por la existencia precaria.
Algunos rasgos de esta novela son: protagonista individual
(desorientado, marginado), narración en primera persona con
predominio del monólogo interior y el tratamiento lineal del tiempo.
Pueden citarse tres novelas, muy importantes:
-La familia de Pascual Duarte (1942, Camilo José Cela):
inaugura el “tremendismo”, ya que se destaca una visión
degradante de la vida y del hombre. Se trata de un relato sórdido,
violento y miserable. Su técnica novelesca se caracteriza por la
rigurosa objetividad del relato. Un condenado a muerte relata con
sencillez y crudeza sus crímenes, debidos a la violencia y la
miseria.
-Nada (1945, Carmen Laforet): la primera edición del Nadal
premia a esta novela. Narra, en tono melancólico, la historia de una
muchacha que va a estudiar a Barcelona. La miseria moral y material y
la imposibilidad del cambio son los elementos básicos de la novela.
-La sombra del ciprés es alargada (1947, Miguel Delibes).
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LOS 50: LA NOVELA SOCIAL
La realidad social del país (cierta recuperación económica, la
migración interna, los suburbios proletarios) se convierte en el
centro temático de las novelas, con una intencionalidad crítica.
Las clases menos privilegiadas son las protagonistas. La nueva
hornada de novelistas coincide con Sartre en que el arte requiere un
compromiso del escritor con la sociedad, para así cambiar el
mundo. Para ello, la narrativa tenía que adoptar nuevos
procedimientos narrativos que la acercaran a los lectores.
Suele distinguirse entre neorrealismo y realismo social, pero,
sin entrar en detalles, podemos señalar algunas características
generales de la novela social:
-Antepone la eficacia a la belleza: hay que llegar al mayor
número posible de lectores.
- La lengua literaria será sencilla, directa, oral,
aparentemente empobrecida.
-Los diálogos se aproximan al habla común: frases cortas,
repeticiones, elipsis, exclamaciones, diálogos, interrogaciones...
-En cuanto a la estructura, se pasa del capítulo a la secuencia,
con lo que se da entrada a un mayor número de situaciones y
personajes, un panorama social más completo.
-El narrador adopta distintas formas: omnisciente, el
perspectivismo (múltiples puntos de vista, dando lugar a la novela
coral y al personaje colectivo) y hasta la ausencia de narrador (en
la novela conductista, objetiva y behaviorista: los personajes se
expresan a través del diálogo).
-Los personajes son representativos de los distintos grupos
sociales, no individuos; muchas veces son débiles, dubitativos,
abatidos por las circunstancias (la heroicidad es la supervivencia).
-Reducción espacio-temporal: el espacio se limita y el
tiempo se concentra.
-Los temas se desplazan de lo individual a lo colectivo. Así,
hay novelas sobre la gran ciudad (La colmena, sobre Madrid),
sobre la vida en el campo (El camino, de Delibes), sobre la
alienación (El Jarama, de Ferlosio).
Destacaremos a tres autores, que recorrerán la historia de la
literatura española hasta hoy:
a. Camilo José Cela (1916-2002): nace en Padrón. En
la guerra, se pasó al bando sublevado. Censor, animador de
tertulias, de gran y polémica personalidad, impulsó diversas
revistas. Consiguió el premio Nobel en 1989 y el Cervantes en 1995.
Magnífico narrador, impregna sus obras de pesimismo, de un tono
cruel y amargo, pero que encierra una gran ternura y comprensión
hacia sus personajes. Escribió poesía, cuentos, libros de viajes
(Viaje a la Alcarria), memorias, teatro y hasta un Diccionario
secreto y una Enciclopedia del erotismo. Pero es su
novelística la que le ha proporcionado una mayor fama.
Su fórmula narrativa se basa en una mezcla de realismo
descarnado, humor negro, ternura, horror, lirismo y vocabulario
riquísimo. Para él la novela es un género libre, abierto a la
experimentación. Ejemplos de esa variedad son: La familia de
Pascual Duarte; Pabellón de reposo, formada por los
monólogos de los enfermos de un hospital; Mrs Caldwell habla con
su hijo, cartas imaginarias de una mujer loca a su hijo; San
Camilo, 1936, monólogo interior una semana antes de la guerra;
Mazurca para dos muertos, etc.
Pero es La colmena (1951) la novela más importante de las
suyas; el tema central es la incertidumbre acerca del destino
de las personas; otros son el hambre, el sexo, la hipocresía, el
miedo y el recuerdo de la guerra. Recoge dos días y medio en la vida
de varios personajes, en Madrid: Martín Marco es el personaje
hilo de la acción, aunque la ciudad es la verdadera protagonista:
ambientes, cafés, burdeles, la clase media, el proletariado, el
hambre, la generosidad...el vivir colectivo del Madrid de los años
42 o 43. Este personaje colectivo se presenta gracias a una
estructura en secuencias, que permite al lector adentrarse en
sus vidas como si observara las celdillas de una colmena; fiel
reflejo de la vida, la estructura es coral, con un final abierto. La
lengua literaria es mezcla de retoricismo y sencillez,
esperpento y lirismo, lenguaje crudo y soez con el más delicado,
lírico y burlón.
b. Miguel Delibes (1920-2010). Nace en Valladolid.
Dedicó su vida profesional al periodismo y fue director de El
Norte de Castilla.
Su obra refleja los distintos caminos de la novela española
desde mediados del XX: la novela existencial (La sombra del ciprés
es alargada), el realismo crítico (El camino, Las
ratas), la experimentación formal (Cinco horas con Mario, Los
santos inocentes), la histórica (El hereje) y lo
autobiográfico (Señora de rojo sobre fondo gris).
Sus novelas ofrecen mundos bien cohesionados, donde los temas
principales son el amor a la naturaleza, la defensa de los débiles,
la crítica a los opresores, la defensa de la inocencia, la
tolerancia.
Su lengua literaria busca la sencillez y la claridad en un
relato bien contado, con un vocabulario muy rico, en el que aparece
el léxico rural, los distintos registros de los personajes, culto,
coloquial, vulgar y el fragmentario de los analfabetos.
Deben destacarse tres novelas:
-El camino (1950), recuerdos de un niño de 11 años, que debe
partir a estudiar interno al día siguiente: la ternura, el humor y
la nostalgia se funden con la naturaleza;
-Cinco horas con Mario (66): a través del soliloquio que
dirige Carmen a su marido, en la noche de su velatorio, se ve su
diferencia ideológica y su frustración;
-Los santos inocentes (82), narra el dominio de unos caciques
sobre sus criados, sus abusos, con la novedad estilística de
plantear cada capítulo como una sola oración gramatical.
c. Rafael Sánchez Ferlosio (1922). Como novelista, es autor
de tres obras:
-En 1951 escribió Industrias y andanzas de Alfanhuí,
fantástica y picaresca.
-De 1955 es El Jarama, exponente del behaviorismo o
conductismo, técnica que evita el análisis de los personajes, a los
que conocemos por sus palabras. Cuenta un día de campo de un grupo
de amigos madrileños. La técnica es cinematográfica.
-En 1986 publica El testimonio de Yarfoz, un largo relato que
se presenta inacabado sobre una civilización, utópica y fracasada,
en una comarca legendaria de Madrid.
4. LOS 60: NOVELA EXPERIMENTAL
Las novelas sociales acabaron provocando el cansancio de los
lectores, por el empobrecimiento estético. Los novelistas buscan
formas para renovar la novela: la censura se relaja y así se
conoce la obra de Proust, Faulkner, Hemingway, Fitzgerald, Dos
Passos, Joyce, Beckett, Kafka y la novela hispanoamericana.
Cuando Martín Santos publica Tiempo de silencio (1962), el
realismo social está acabado y comienza una nueva narrativa en
España, que, sin perder totalmente su carácter de denuncia, amplía
las posibilidades estilísticas, dando entrada a nuevas ideas
estéticas y a experimentaciones formales.
Algunas características:
-Subversión del mundo referencial, con significaciones
simbólicas, a través de parábolas y alegorías que explican
conflictos humanos y sociales. El argumento se difumina.
-Compleja elaboración estructural y lingüística, para
destruir los rasgos formales novelescos.
-Continúa la estructuración en secuencias, el autor
implícito y la desaparición del narrador (behaviorismo); se emplea
el punto de vista múltiple, o novela caleidoscópica.
-El monólogo interior se generaliza: el pensamiento del
personaje fluye libremente, fluye la conciencia. Se usan los
estilos libres, mezcla de la voz del personaje y del narrador.
-El tiempo pasa de ser lineal al desorden cronológico,
expresión de los caprichosos mecanismos de la memoria. Se utiliza la
disposición paralela o alternante de dos situaciones simultáneas,
con la técnica del contrapunto.
-El protagonista suele ser un ser en conflicto con su entorno y
consigo mismo, deseoso de encontrar su identidad. Más que héroe,
antihéroe, superviviente.
-Recursos tipográficos: se suprimen los signos de
puntuación, se alternan las tipografías...
-Se tiende a borrar las fronteras entre la prosa, el ensayo y el
verso, y se exploran todas las posibilidades de la frase, de la más
corta a la continua, que abarca un capítulo o una novela entera.
Algunos de los autores más destacados serían:
-Juan García Hortelano: Gramática parda.
-Luis Martín Santos (1924-64): con Tiempo de silencio
marcó el cambio de rumbo de la novela española: la denuncia social,
el realismo y la innovación formal van de la mano.
-Juan Marsé (1933): en Si te dicen que caí y Últimas
tardes con Teresa, ambientadas en Barcelona, aparece la
posguerra, con su miseria moral y material. Su estilo es sencillo, en
apariencia, lleno de ironía, sátira y humor negro.
-Juan Goytisolo (1931-2017): del compromiso social pasa a
Señas de identidad, Reivindicación del conde don Julián
y Juan sin tierra, experimentación pura.
-Gonzalo Torrente Ballester: La saga/fuga de J.B.
-Juan Benet: en 1967 publica Volverás a Región, donde
crea un territorio mítico, Región, en el que también se
desarrollan Saúl ante Samuel y Herrumbrosas lanzas. Su
estilo es muy oscuro, contrario a la estética realista.
El apogeo de esta narrativa experimental tuvo lugar entre los años
1968 y 1975. A partir de ahí, se vislumbra una vuelta a la
recuperación de los elementos clásicos del relato.
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