1.
Análisis crítico de un espectáculo escénico al que hayas
asistido: a)Identificación y descripción del espectáculo.
Circunstancias de la representación. b)Valoración fundamentada de
los principales aspectos de la obra. (SIEMPRE)
Os
proporcionaré un ejemplo. De cualquier manera, puede realizarse una
crítica de una obra que hayáis visto en directo o a través de
internet, real o imaginaria. La cuestión es tratar todos los
elementos necesarios, con una valoración
metódica y fundamentada, con una opinión y un juicio sobre los
elementos, significado y características, con razones; debe analizar
el espectáculo en sus características técnicas y artísticas
particulares, y justificar si son o no adecuados.
Aspectos
que deben valorarse: ver siguiente.
2.
Concepto y características de la crítica escénica. Aspectos
principales del análisis crítico de un espectáculo escénico. (2
VECES)
Será la valoración de un
espectáculo que se hace de manera técnica y especializada, y se
expresa públicamente. Características: apreciar el espectáculo,
analizarlo y evaluarlo, formarse una opinión, plasmarla
razonadamente y difundirla.
Finalidad de la crítica:
informativa, didáctica, persuasiva, de libre expresión, selectiva
(premios), publicitaria; así, y en general, existirá una crítica
forzada (pautas, por beneficios económicos) e independiente.
Los críticos escénicos: examinan
y emiten un juicio concreto sobre el espectáculo, evaluando todos
los factores (texto, elementos dramáticos, interpretación, ritmo
escénico, música, luz, sonido, complementos escénicos…). La
mirada crítica es siempre subjetiva, y por ello discutible.
La difusión pública se realiza a
través de los medios de comunicación.
La
aceptación de la crítica: ejerce influencia en público y
creadores, para bien o para mal.
Aspectos
que deben valorarse:
a.
generales
(rama escénica, tipo de espectáculo, género y estilo general de la
obra, especialidad escénica),
b.
narrativo-dramáticos
(título, tema y argumento, estructura dramática, planteamiento de
los elementos dramáticos, lenguaje),
c.
expresivos
del montaje
(adaptación, puesta en escena de los elementos dramáticos,
interpretación, recursos plásticos, recursos sonoros),
d.
otros
(duración, ritmo, finalidad, valores éticos, estéticos,
filosóficos, sociales, originalidad, dificultad escénica,
adecuación al público…).
3.
Definición del público escénico y sus principales características
(2 VECES)
El público es imprescindible; sin
receptor, no hay comunicación escénica. Sería el conjunto de
personas reunidas en un mismo lugar para contemplar y
vivir/sentir/experimentar un espectáculo. Características:
receptor del acto comunicativo, agente activo (reacciona, siente, se
conmueve, reflexiona, comparte, disiente, etc), es parte de un
acontecimiento social (se crean relaciones, influye en la
representación), es consumidor y crítico (valora, decide).
Motivaciones
del público: diversión, afán de cultura o aprendizaje, deseo de
estímulos y respuestas activas, necesidad de relaciones sociales,
placer de asistir al rito teatral.
En cuanto a los tipos,
cada uno tiene unos intereses, gustos y expectativas distintas, por
lo que elegirá diferente. Brevemente, podríamos clasificarlos de
acuerdo con su edad, por la frecuencia con la que asiste, de acuerdo
con la intención previa, por el nivel cultural o por la forma
escénica preferida: mayor o menor afinidad según elijan.
El público es el protagonista del
proceso de recepción, en el que intervienen múltiples factores
(históricos, culturales, sociales…), y que consiste en percibir
sensorialmente el espectáculo, construir el mensaje, establecer el
contacto social entre los espectadores mismos, producir los ingresos
y dictaminar acerca de la obra, marcando así su éxito o fracaso.
4.
Aspectos básicos del proceso de recepción.
(2 VECES)
Se trata de un proceso por el que
el espectador percibe, acoge y asimila activamente la obra escénica.
Intervienen múltiples factores históricos, culturales, sociales…
-Primer aspecto: la percepción
del espectador: interviene lo sensorial: visualidad y audibilidad; la
percepción es subjetiva; cada percepción es independiente y la
elige el espectador.
-Segundo aspecto: la construcción
del mensaje: lo
construye el espectador desde los signos y símbolos escénicos;
otorga un significado concreto, saca sus conclusiones: ahí radica su
placer; se basa en la dualidad creencia/no creencia acerca de lo que
ve.
-Tercer aspecto: la dimensión
social del espectáculo:
los espectadores establecen contacto entre sí, generando una
respuesta emocional compartida; y también lo establecen con la
escena, un intercambio constante de energía; se retroalimentan.
-Cuarto aspecto: el factor
económico en la
recepción de espectáculos: la inversión requiere ingresos: la
taquilla requiere difusión.
-Quinto
aspecto: la aceptación
del público: éxitos y fracasos: se distingue éxito económico, de
crítica y propio.
5. Tipología del
público escénico.
El público es imprescindible; sin
receptor, no hay comunicación escénica. Sería el conjunto de
personas reunidas en un mismo lugar para contemplar y
vivir/sentir/experimentar un espectáculo. Sus rasgos
fundamentales son que es receptor del acto comunicativo, agente
activo (reacciona, siente, se conmueve, reflexiona, comparte,
disiente, etc), es parte de un acontecimiento social (se crean
relaciones, influye en la representación), es consumidor y crítico
(valora, decide).
Sus motivaciones son diversas:
diversión, afán de cultura o aprendizaje, deseo de estímulos y
respuestas activas, necesidad de relaciones sociales, placer de
asistir al rito teatral.
Planteamos una tipología en la
que intentamos dar cabida a todas las variables posibles, aunque
somos conscientes de la dificultad de abarcar la variedad existente.
Cada persona tiene unos intereses, gustos y expectativas distintas,
por lo que elegirá de manera diferente. Sin embargo, planteamos
esquemáticamente la siguiente tipología:
1. Por la edad:
infantil, juvenil, adulto. Ni los temas, ni la puesta en escena, ni
lo códigos, serán semejantes según sea la edad esperable: no
necesariamente más sencillo, como tiende a creerse, sino diferente,
con unas necesidades comunicativas diversas.
2. Por la frecuencia
con la que asiste: asiduo (exigente), ocasional. Evidentemente,
cuanto más acostumbrados a ver espectáculos escénicos estemos,
mayor será la exigencia que planteemos al que estamos presenciando;
y, al revés, cuanto menos acostumbrados, normalmente la capacidad de
sorpresa también será mayor y por ello más sencilla la recepción
acrítica.
3. Por la intención
previa: deliberado
(motivado), casual. En la misma línea, el espectador que
conscientemente elige un espectáculo, que prepara su visita, que ya
ha reflexionado sobre ello, será más crítico, estará más
informado y por ello el proceso de recepción será más profundo.
4. Por el nivel
cultural: culto y
popular. El espectador culto cuenta con un marco de referencias
mayor; no es el factor único, pero sí es cierto que a mayor
conocimiento, mayor posibilidad de plantear y plantearse preguntas y
de cuestionar el espectáculo mismo, al relacionarlo con otros leídos
o presenciados.
5.
Por la forma
escénica preferida:
mayor o menor afinidad según se elija, puesto que la frustración y
la decepción influirán decisivamente en la opinión que nos hagamos
del espectáculo, pese a que, independientemente del gusto del
público por, como ejemplo, el teatro o el circo, el espectáculo
posea una serie de características objetivas que defiendan su valía
dentro del tipo escénico en el que se ubique.
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