jueves, 24 de octubre de 2019

3. EL TEATRO ESPAÑOL A PRINCIPIOS DE SIGLO. FEDERICO GARCÍA LORCA Y RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN.


    1. EL TEATRO ESPAÑOL HASTA LA GUERRA CIVIL

Se encuentra dominado por los gustos poco exigentes del público burgués, mayoritario, lo que provoca la pobreza del teatro. Al margen del teatro comercial, habrá autores inconformistas, pero sin éxito.

1. El teatro comercial. Será la comedia benaventina la que domine, además de las obras del posromántico Echegaray (primer premio Nobel español).

    a. Jacinto Benavente (1866-1954), premio Nobel en 1922, empezó con un tono crítico (El nido ajeno), pero el poco éxito le llevó a la comedia burguesa. Le caracterizan la riqueza verbal, la fluidez y la inteligencia de los diálogos, la precisión en las descripciones de ambientes y el sentido crítico hacia la sociedad burguesa. La obra principal será Los intereses creados (1907), una contundente crítica a la sociedad hipócrita. Seguidor suyo será Gregorio Martínez Sierra.

    b. Otra línea teatral exitosa es la comedia costumbrista, que mezcla zarzuela y género chico, en sainetes que reflejan lo español pintoresco y tópico, con un lenguaje vulgar y humorístico. Ejemplos de este teatro son Carlos Arniches, los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero o Pedro Muñoz Seca, creador del astracán, parodia cómica (La venganza de Don Mendo).

    c. Finalmente, también se escribe un teatro en verso, histórico y conservador, con los Machado, Marquina o Villaespesa.

    2. El teatro renovador y marginado. Lo dividiremos en bloques cronológicos.

    a. En España, a comienzos de siglo, la escena a la que llegan los del 98 era atrasada, dominada por el género chico, la alta comedia y el teatro histórico, de acuerdo con los gustos de más conservadores. El 98 defiende estos rasgos de estilo:
-evolución desde el compromiso hasta las corrientes irracionalistas;
-preocupación por el tema de España;
-atracción por la renovación experimental, simbolista, modernista y naturalista;
-riqueza verbal de diálogos y acotaciones;
-gusto por la intensidad y densidad argumental.
Fracasa este teatro por la falta de adecuación a lo comercial. Hay un afán renovador y voluntad de transmitir un mensaje filosófico, ideológico, profundo y complejo. Autores:
-Miguel de Unamuno (1864-1936). Obras: Fedra, El otro. Su teatro se centra en el destino trágico humano, en el conflicto entre el yo espiritual y el material. Su excesiva preocupación por el mensaje filosófico lo hace difícil de representar.
-José Martínez Ruiz, “Azorín”(1873-1967). Cultivó un teatro vanguardista, con elementos simbolistas, de poco conflicto y acción: Lo invisible.

    b. El Novecentismo. Movimiento artístico relacionado con las vanguardias y el rechazo de lo tradicional. Apuesta por la modernidad, el esteticismo y el intelectualismo. Ramón Gómez de la Serna (1888-1963) estrenó algunas obras experimentales: Los medios seres. Otro autor es Jacinto Grau (1877-1958), centrado en temas existenciales: El señor de Pigmalión.

    c. El teatro de la Generación del 27: les influyen el teatro expresionista y el surrealista. Estos escritores cultivan un teatro de experimentación y enfrentamiento con el público. Sus obras se estrenaron a través de proyectos como “La Barraca”, de Lorca y Ugarte, Las Misiones Pedagógicas o “El teatro del pueblo”, de Casona. Son rasgos generales del teatro del 27:
-actitud abierta e híbrida, entre lo popular y lo vanguardista: innovación y nuevas corrientes+ aplicación de las enseñanzas del teatro clásico español y europeo;
-gusto por el lirismo;
-depuración y riqueza retórica del lenguaje;
-compromiso social;
-estructuras argumentales trabadas y claras;
-mezcla en los diálogos de lo popular y lo culto;
-sentimientos y conflictos universales, pero enraizados en lo español.
Autores:
-Rafael Alberti (1902-99), que escribió obras de alto contenido simbolista, durante la guerra: De un momento a otro. Más tarde, Noche de guerra en el Museo del Prado.
-Alejandro Casona (1903-65): escribe un teatro poético (mezcla realidad y fantasía), de tono social, con temas sentimentales y emotivos y personajes simbólicos. Una de sus obras principales es La dama del alba.
-Max Aub (1903-72): muy comprometido políticamente, mezcla lo vanguardista y lo ético: San Juan.

    d. El teatro cómico. En los años 30, autores como Jardiel Poncela y Miguel Mihura comienzan su andadura, que será básica en el teatro de posguerra (ver tema 8).

    2. FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936)

Biografía
Nacido en Granada, de una familia acomodada, realizó estudios de música y literatura. Pasó una temporada en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Buñuel y Dalí. Una temporada en Nueva York cambió su visión de la existencia. A su vuelta, el compromiso con la república supuso su asesinato, fusilado.

Estilo
Su literatura posee una raíz poética muy fuerte, por el uso abundante del verso, sus argumentos y estilo. Su tema principal es el enfrentamiento entre el individuo (deseo, amor, libertad) y la autoridad (orden, tradición, convenciones). Su personalidad, entre la vitalidad y la frustración, influye en su obra, en la que el destino trágico es inevitable. De ahí el uso de numerosos símbolos, como el agua, la luna, los metales, el caballo.

Obras
-Dejando a un lado un teatro juvenil hasta hace poco inédito, su primera obra es El maleficio de las mariposas (1919).
-Continuará con dos farsas de guiñol, Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita (1923) y El retablillo de Don Cristóbal (1931), así como otras dos farsas para actores, La zapatera prodigiosa (1929-30) y Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín (1930). Las cuatro tratan críticamente el mismo tema: la mujer joven casada con un viejo.
-Mariana Pineda (1923) es su primer drama lírico.
-Entre 1925 y 1928 escribe dos piezas breves, complejas, influidas por el Surrealismo: El paseo de Buster Keaton y El público.
-En 1935 escribe la Comedia sin título, premonitoria de la guerra civil, y Doña Rosita la soltera, drama sobre una solterona.
-Pero será la llamada trilogía rural su cima creativa. Lo sexual, la mujer como protagonista, la ambientación en el campo andaluz y el final trágico son sus rasgos comunes. Bodas de sangre (1932) relata, en prosa y verso, la historia de un amor imposible, contra las normas familiares y sociales. Yerma (1934) es la historia de la mujer estéril, que mata a su marido, sabiendo que esto supone perder la esperanza. Y, finalmente, La casa de Bernarda Alba (1936), cumbre teatral de Lorca, conflicto entre pasión y convenciones sociales; presenta una situación terrible: la relación de una madre autoritaria con sus cinco hijas, hasta que la libre Adela se rebela, consciente de que su castigo será la muerte.

    3. LA OBRA TEATRAL DE RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN

Biografía
Ramón del Valle Peña nace en 1866. En 1892 viaja a Méjico. En el 95 se instala en Madrid; llevará una vida bohemia. Es encarcelado en 1929, por oponerse a Primo de Rivera. Ocupó distintos cargos en el periodo republicano. Muere en 1936.

Estilo
Adscrito en principio al Modernismo, su evolución ideológica y estética le lleva hasta el esperpento. Su teatro es original, sus planteamientos radicales, su lenguaje rico y expresivo y sus temas y estética absolutamente originales.

Obras y trayectoria
-Una primera época es la modernista, decadente y evasiva, con un estilo brillante y esteticista, con títulos como Cuento de abril y Voces de gesta.
-A continuación, nos encontramos con el “ciclo mítico”, con las Comedias bárbaras: Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata. Se ambientan en un marco gallego rural, donde los instintos y las pasiones violentas priman sobre el resto.
-La culminación de este periodo es Divinas palabras (1920), donde la monstruosidad y lo irracional dominan la historia, desencadenada por la avaricia y la lujuria.
-Al tiempo, Valle desarrolla unas farsas, donde lo grotesco y la caricatura convierten a los personajes en fantoches: Farsa italiana de la enamorada del Rey y Farsa y licencia de la Reina Castiza, críticas de la España isabelina.
-Pero es en 1920 cuando, con el primer borrador de Luces de bohemia, Valle crea el esperpento, basado en la deformación sistemática de personajes y valores: se denuncia a la sociedad española, grotesca y deformada, al igual que los personajes, marionetas ridículas. “El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada”, dirá Max. Podrían marcarse unos rasgos formales del esperpento:
-el uso de contrastes (doloroso/grotesco, trágico/cómico),
-la riqueza y elaboración del lenguaje (distintos registros para distintos
personajes),
-las acotaciones (literarias hasta el punto de funcionar por sí mismas),
-numerosos personajes y continuos cambios de espacio y tiempo entre las
escenas.
Las obras esperpénticas son:
    -Luces de bohemia (1920 y 1924): es la obra fundamental de Valle. Basada en personajes reales, escenifica el viaje de Max Estrella a los infiernos de la bohemia, por una noche, junto a su lazarillo, Don Latino de Híspalis. Desesperado, tras recorrer un Madrid triste y absurdo, muere, justo cuando iba a salir de la miseria. Basada en la anécdota del fracaso y la muerte de un escritor, se convierte en una parábola trágica y grotesca de la imposibilidad de vivir en un país injusto y opresivo, como es la España de la Restauración.  En 15 escenas, a lo largo de 23 horas y media, los protagonistas recorren Madrid, sus tabernas y casuchas, un ministerio, la cárcel, la calle, van a un entierro, e incluso el Marqués de Bradomín (personaje de las Sonatas) y Rubén Darío conversan en sus páginas. Se trata de una de las obras mayores de la literatura española, y el culmen de su dramaturgia.
    -La trilogía Martes de Carnaval (Los cuernos de don Friolera, 1921; Las galas del difunto, 1926; La hija del capitán, 1927) presenta, respectivamente, caricaturas del honor; de la guerra de Cuba y del mito de Don Juan; y de los dictadores. El título no hace referencia al martes de Carnaval, sino más bien al plural del dios de la guerra. Según el código del esperpento, el dios queda degradado a un simple disfraz cómico.
    -Y las piezas breves del Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte, muy influidas por el esperpento.

Hoy en día, Valle es un autor vigente y poderoso. El esperpento constituye una revolución, un antecedente de Brecht o del teatro del absurdo, es decir, de parte de lo más importante del teatro moderno.

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